Hace unos días mientras ponía la mesa, escuché la discusión de una chica joven con una mujer más mayor. Iba de herencias. La chica joven gritaba, en estos programas no se habla, se grita, que todos los hijos deben ser iguales para los padres y por tanto todos los hijos deben recibir lo mísmo de sus padres, aunque los padres hayan dispuesto otra cosa.
Esta chica no había oído hablar de la legítima ni del tercio de mejora, y no tiene por qué saberlo si no ha estudiado derecho. Pero el tema legal no es lo importante aquí, ni tan siquiera que los padres deban o no deban hacer de su capa un sayo, dándole a un hijo más que a otro, sino el concepto de igualdad.
La gente joven confunde, al igual que muchos de nuestros actuales gobernantes, el derecho a ser iguales ante la ley o las instituciones, con tener derecho en general a las mísmas cosas. Yo les preguntaría si una chica que ocupa su tiempo en hacer botellones o ver la tele tiene derecho a acceder a las mísmas oportunidades que otra chica que se pasa el mísmo tiempo trabajando o hincando los codos. Incluso le preguntaría si una chica que estudia 12 horas diarias tiene más derecho a acceder a un puesto determinado que un chico que dedica el mísmo o más tiempo al estudio.
Al final dependerá del resultado obtenido, pero hablando en justicia no podemos ofrecer las mísmas oportunidades para todos porque estaríamos pervirtiendo el concepto de igualdad. La igualdad no tiene que ver con la relatividad de Einstein. A quien todo le parece relativo según el punto desde donde se mire, se engaña así mísmo.
Entonces, ¿tiene todo el mundo derecho a ser presidente? O mejor ¿tenemos todos que sufrir que cualquiera pueda ser nuestro presidente? Si alguien tiene que llevar las riendas de la empresa más importante del pais: ESPAÑA, donde todos somos accionistas, nos gustará que esa persona esté muy preparada, sea inteligente, hable idiomas, con experiencia previa en el mundo laboral para tener los pies sobre la tierra, que tenga corazón pero a la vez sepa ser firme, con valores morales sólidos, gran capacidad de trabajo y sobre todo que ame a nuestro pais y nos ilusione a todos,o al menos a una gran mayoría.
¿Existe esa persona? Pues creo que si y creo que hay muchas personas que responden a ese perfil. Dentro de nuestros políticos me temo que no hay tantas, y si las hay no permiten que las veamos...
Dicho ésto, dejaré mi pregunta con una respuesta definitiva pero abierta a la reflexión:
¿Tiene todo el mundo derecho a ser elegido como presidente? Yo tengo claro que no ¿Y tu?
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